
- Ud. no tiene tiempo para ocuparse de su obra
Pasa con frecuencia que algunos de mis clientes empiezan una obra queriendo hacer todo ellos mismos, la planeación, la contratación, la compra de materiales, la dirección de obra, etc. Al cabo de un par de días, incluso antes de entrar en la actividades difíciles de la obra, Usted se da cuenta que es más complejo de lo que creía, que una obra requiere más de medio día de atención, y llama un especialista para que lo saque del enredo. Demasiados problemas al mismo tiempo lo agobian cuando se da cuenta que cada contratista aporta su propia solución sin pensar en la globalidad del proyecto y mucho menos en su presupuesto.
- Ud. tiene tiempo para ocuparse de su obra pero no está seguro de algo
Esto es como tener mucho tiempo disponible y salir de viaje por tierra sin saber muy bien hacia dónde ir, en otras palabras, improvisar. Es válido improvisar, ir resolviendo a medida que se va avanzando, pero en el mundo de la construcción esto le puede costar mucho dinero. Una cocina bien diseñada, en términos de ergonomía, redes, materiales, acabados y funcionamiento adecuado para sus usuarios, es la mejor inversión. De nada sirve tener mucho tiempo si Usted imagina una cocina en donde la puerta de acceso a ella le impide abrir los cajones, o al cabo de un tiempo se da cuenta que lavar los platos le produce un tremendo dolor de espalda y cuello debido a las proporciones del mesón.
- Ud. tiene tiempo y ha hecho el diseño, pero no tiene quien se encargue de la obra
Usted conoce quizá un maestro de obra que le ha hecho algunos trabajos sencillos, y cuenta con él. Pero no tiene un electricista, o un plomero, o un transportador, o carpintero, o mejor aún, un buen ornamentador. El maestro, dependiendo de su experiencia, sabrá hacer muchas tareas, pero tiene sus límites. O quizá Usted no tiene un buen maestro, quizá ha tenido un par de experiencias con personas sin escrúpulos que le han quedado mal en otras oportunidades, y necesita conseguir un buen grupo de trabajo, gente que se conozca y que trabaje en armonía bajo la dirección de un experto.
- Ud. quiere hacer 10 cosas, pero lo alcanza para 6
Usted ya hizo el ejercicio y estuvo averiguando precios por aquí, precios por allá, y tiene una idea muy general de cuánto le costaría hacer la lista de cosas que se propuso. ¿Pensó en los preliminares de obra, en la dotación de los obreros, en el transporte de materiales nuevos, en los insumos, en la evacuación de los viejos, en el alquiler de equipos o compra de herramientas necesarias? Esto hará que su presupuesto se incremente. Un arquitecto le podrá dar varias opciones para realizar una misma cosa, por lo que muy seguramente podrá ejecutar más cosas con su dinero.
- Ud. quiere hacer una parte de la obra con sus propias manos
A no ser que se trate de pintar las rejas del jardín, lo demás, déjelo en manos del arquitecto. Las obras que he realizado este año me han dejado una gran lección: nunca dejar que el cliente realice una parte de los trabajos con sus propias manos. Los problemas estarán a la orden del día y la obra no podrá fluir según el cronograma establecido. ¿Cuáles son las razones? 1. El trabajo no queda bien hecho. 2. El trabajo se demora mucho más de lo previsto 3. Al estar en la obra, usted no deja que los obreros trabajen tranquilos 4. Se suben los costos por imprevistos o torpezas 5. Tratará de culpar al arquitecto o al maestro de sus propios errores y será difícil terminar en buenos términos.
- Ud. quiere hacer cambios durante la obra
Nada más común que hacer un cambio a última hora. Entender unos planos y los espacios representados no es algo fácil, por lo que muchas veces Usted puede cambiar de opinión ya viendo el resultado. Si eso pasa en proyectos con planos, imagínese lo que puede pasar con una obra que no tiene diseño ni planeación. Cambiar las cosas no es complicado, todo se puede, pero ¿sabe usted cuánto le vale y qué repercusiones tiene con uno o más contratistas?
- Ud. contrata al maestro de obra que le recomendó un amigo
Seamos honestos, vivimos en un país donde los “avispados” quieren reinar. ¿Usted cree que un maestro cualquiera, por muy recomendado que sea, no va a querer sacarle ventaja en la obra? ¿Sabe Usted calcular exactamente cuántos bultos de cemento debe comprar? ¿Confía Usted 100% en esta persona? ¿Qué hará cuando se entere del desperdicio de materiales? ¿De los sobrecostos al final de la obra? ¿Están afiliados los obreros? ¿Ya lo comprobó? ¿Está seguro que no lo van a demandar si algún accidente ocurre? Estas preguntas lo ponen a pensar, ¿cierto?
- Ud. averigua en la ferretería de la esquina quién le puede ayudar en la obra
Puede que Usted no encuentre algún maestro recomendado, o que todos estén sumamente atareados y no puedan ayudarle. Usted corre a la ferretería más cercana y pregunta por mano de obra. La lista es grande, todos son maestros, oficiales, enchapadores, pintores, plomeros, electricistas, carpinteros, todos saben hacer de todo, y por un precio muy cómodo. ¿Será que el ferretero tiene algún tipo de acuerdo con sus “conocidos” para hacerle gastar más dinero del necesario comprando materiales? ¿Será que una mano de obra tan barata es de confiar?
- Ud. contrata a un amigo carpintero
Su amigo carpintero, que por lo general es uno de los últimos en trabajar en la obra, llega con sus aires de superioridad a decir que los muros están torcidos, que no puede instalar una puerta, que la ventana no cierra, que el clóset le va a quedar mal, y le echa la culpa al maestro, al electricista, al plomero y a cualquiera que haya intervenido en la obra antes. No es un secreto que todos los contratistas “la quieren fácil” en las obras, y que a nadie le importa lo que hace el otro. Todos ensucian el trabajo de los demás, no hay coordinación y ningún interés de trabajo en equipo. Esto representa dinero en reparaciones, remiendos, acabados extras, y a veces, retomar ciertos capítulos que ya se daban por terminados.
- Ud. diseña su propia remodelación
Es cierto que todos vivimos en espacios arquitectónicos desde pequeños, estamos habituados a las puertas, las ventanas, las habitaciones, la sala, el comedor, la cocina, en otras palabras, los espacios de permanencia, los de circulación, etc. Podemos decir que somos “un poco” arquitectos, así como somos “un poco” médicos, sicólogos, cocineros, etc. Pero ese poco a veces no alcanza para hacer las cosas como debe ser. Y usted dibuja los planos de su proyecto muy a su manera y los hace construir, y cuando termina la obra se da cuenta que el interruptor le quedó detrás de la puerta, que el cajón de la cocina no abre para el buen lado, que los cajones superiores de los clósets no abren porque el techo es inclinado, que el piano de la abuela quedó demasiado atravesado, o que para entrar a la ducha hay que ser contorsionista.
- Ud. compra un enchape en promoción
Cómo resistir una promoción o remate de enchape en esos almacenes de gran distribución. Usted decide comprar la cantidad exacta pero no piensa en el desperdicio ni en los cortes, así como tampoco en el guarda-escoba. Al poco tiempo su enchapador le pide más enchape y su sorpresa es grande cuando en el almacén le explican que ya no hay existencias y que el próximo pedido llega en tres meses. Usted se queda sin guarda-escoba y sin enchapar un área pequeña, como debajo de la escalera, por ejemplo.
- Ud. se encarga de las compras
Le piden comprar tubería de agua a presión. Usted consigue un buen distribuidor, con muy buenos precios y los hace llegar a la obra. Cuando ya está todo, un amigo suyo ingeniero se da cuenta que esos tubos no tiene la especificación adecuada, hay que cambiarlos, tratar de devolverlos, pagar transporte, y comprar los adecuados. El vendedor no se los recibe porque estaban en promoción y no tienen devolución. Usted asume el gasto y compra la tubería nueva finalmente. Cuando empiezan a hacer la instalación, el encargado de la plomería le pide más accesorios, hicieron la cuenta mal desde un principio. Usted debe sacar el tiempo para ir a comprar los benditos accesorios, y lo peor de todo, no sabe qué significa la mitad de las cosas. Cuando regresa triunfante a la obra, le piden más soldadura, se acabó. Usted pierde el día yendo repetidamente a comprar todo, y su plomero pierde el día sin poder avanzar.
- Ud. se encarga de las compras de los materiales
El maestro le pide comprar cemento al inicio de la obra, antes de empezar siquiera las demoliciones. Usted se apresura y compra 20 bultos y decide dejarlos en la bodega del parqueadero, en el sótano. Al cabo de un mes, no ha usado el primer bulto de cemento. La obra se complicó por la demolición, surgieron muchos imprevistos, y ni siquiera ha logrado evacuar todo el escombro. Se olvida del cemento. Un día, le cuentan que el cemento se dañó, que ya no se puede usar, que está endurecido.
- Ud. se encarga de dirigir los obreros y la programación
Créame, ni el maestro ni los obreros, le dirán con el suficiente tiempo de anticipación que necesitan materiales, nunca. Ellos son “inmediatistas”, no planean nada, no prevén nada. Se contentan con ir avanzando y de un momento a otro le sueltan: “Ay, se acabó tal cosa, o nos hace falta más de tal otra”. La obra debe llevar un cronograma escrito, con actividades detalladas, para que así la cuadrilla de obreros nunca se quede sin hacer nada por falta de materiales.
- Ud. quiere avanzar más rápido en la obra
Existe un cierto orden en las actividades de cualquier obra. Emplear más gente o hacer turnos largos o dobles, trabajar los fines de semana, no siempre se traduce en una ganancia de tiempo. Hay que saber avanzar correctamente, de lo contrario, aparecerán muchos remiendos por hacer. Hace poco tuve un cliente que quería pintar el apartamento antes de pulir los pisos de madera. Asimismo, quiso instalar las puertas y sus marcos antes que los pisos de las habitaciones. El mundo al revés.
- Ud. no quiere sacar ningún permiso
Se entiende por reparaciones o mejoras locativas aquellas obras que tienen como finalidad mantener el inmueble en las debidas condiciones de higiene y ornato sin afectar su estructura portante, su distribución interior, sus características funcionales, formales y/o volumétricas.» (Art. 10, Decreto 1469 de 2010)
Están incluidas dentro de las reparaciones locativas, entre otras, las siguientes obras: el mantenimiento, la sustitución, restitución o mejoramiento de los materiales de pisos, cielorrasos, enchapes, pintura en general, y la sustitución, mejoramiento o ampliación de redes de instalaciones hidráulicas, sanitarias, eléctricas, telefónicas o de gas. En resumen, hay que hacer un expediente de Reparaciones Locativas, y si desea modificar el aspecto exterior o la volumetría, es necesaria la Licencia de Construcción.
- Ud. prefiere lo barato
Usted prefiere el plomero más barato, el electricista más barato, el maestro más barato, el carpintero más barato y todos los materiales más baratos. Esto lo lleva a preferir los problemas en plomería, los problemas en electricidad, los problemas con el maestro por las cosas mal hechas por falta de conocimiento o experiencia, los problemas en carpintería y el mal envejecimiento o resistencia de los materiales.
- Ud. tiene una cotización pero no sabe si está bien hecha
Hacer una cotización supone tener como base unos planos y unas cantidades que resultan de un diseño. Sin esto, es imposible tener una cotización acertada de cualquier capítulo de la obra. Además, si Usted quiere comparar realmente a varios contratistas o proveedores, debe darles las mismas bases, como en una licitación. De lo contrario cada quien hará la cotización a su manera y con los materiales y el diseño que quiera.
- Ud. tiene una idea del presupuesto pero no de los costos colaterales
Supongamos que Usted quiere remodelar su apartamento que queda en una unidad residencial, con parqueos en el sótano. Se trata solo de tumbar algunos muros y cambiar el enchape general de pisos, cocina y baños. Toda la demolición debe ser evacuada, y los escombros, cosa que Usted quizá no sabe, no puede mezclarse con otros materiales. La volqueta puede estacionarse a unos 100 m de la entrada a su edificio, y su apartamento queda en el pinto 5 sin ascensor. Los costos colaterales de esta demolición sencilla son: compra de lonas, empacado de escombros en lonas a medio llenar porque de lo contrario quedan muy pesadas (lo que implica más cantidad de lonas), trasiego de escombros a hombro de ser humano hasta la volqueta, bajando escaleras, rampas y atravesando las zonas comunes de la unidad, cargue de volqueta.
- Ud. quiere tumbar un muro, una columna o una viga
En las remodelaciones es muy común querer ampliar espacios sacrificando otros, lo que implica demoler muros, cielorrasos, o elementos estructurales. Lo difícil de este ejercicio, durante la etapa de diseño, es adivinar qué elementos puede demoler sin que la estructura de la casa o edificio se vea afectada. No hay que adivinar, hay que determinar la viabilidad de cada acción. Y Usted finalmente tumbó un muro donde quería instalar un mesón para abrir la cocina y se encuentra con un ducto de ventilación y aguas negras del edificio, y para colmo de males, le dieron un golpe al tubo y ahora está goteando.
- Ud. quiere hacer algo que vio en una revista
Como todo el mundo hace desde que el acceso a internet se volvió tan fácil como consultar el teléfono, Usted se inspira de imágenes de decoración en revistas o en la web. Su esposa quiere esas puertas blancas que se ven tan divinas, con esos relieves, o esa cocina espectacular, con esas alacenas y esa isla central. Usted quiere esa baranda en vidrio que se ve tan bien en esa casa o ese piso en madera maciza. ¿Sabe Usted cuánto le cuestan esos detalles de coquetería? ¿Está seguro que se puedan implementar todos en su vivienda?