
- Usted quiere hacer 10 cosas, pero su presupuesto le alcanza para 8: El arquitecto, por medio del presupuesto detallado, le puede sugerir sacrificar ciertas cosas en beneficio de otras. Sacrificar no siempre significa “no hacer”. Diferentes soluciones se pueden aplicar para llegar a un mismo resultado. Los tipos de acabados juegan un papel importante.
- Usted quiere hacer cambios durante el transcurso de la obra: El arquitecto, desde un principio, le advierte la incidencia de esos cambios en el presupuesto. No siempre significa un incremento en el valor global. El presupuesto es una base que tiende a moverse durante el tiempo que dura la obra, tanto para arriba como para abajo en ciertos casos
- Usted contrata por su cuenta a su amigo carpintero: El arquitecto le advierte desde un principio que su amigo carpintero debe someterse a la programación de la obra y seguir sus recomendaciones, de lo contrario, habrá problemas y se perjudica la obra.
- Usted quiere hacer la obra en dos etapas porque no le alcanza el dinero: El arquitecto, según las características del programa, le explica las razones para tratar de hacer una sola obra, o la mejor forma de hacerlo en dos tiempos sin que sea muy traumático.
- Usted quiere comprar un enchape que vio en promoción: El arquitecto le pregunta si la entrega del material está prevista a tiempo según el cronograma. Es muy importante validar con el proveedor las fechas de entrega del material para que la obra no se atrase.
- Usted compró una cantidad muy justa de enchape en promoción y no alcanzó: El arquitecto debió darle las cantidades exactas para hacer la compra. A esto debió sumarle algunos metros cuadrados que se gastan por los cortes y el desperdicio inevitable. Usted creyó que por un metro menos no habría problema y ahora es imposible conseguirlo a tiempo. Antes de comprar es mejor cerciorarse que la referencia del material tiene buenas existencias en el proveedor.
- Usted toma una decisión y se la comunica directamente al maestro de obra: El arquitecto analiza la información (el maestro se la comunica) y verifica que eso no genere ningún cambio o sobrecosto en el diseño y presupuesto. Al inicio de la obra, el arquitecto advierte al cliente que la comunicación debe ser siempre entre ellos. Las órdenes deben siempre venir del arquitecto para evitar problemas.
- Usted no cumple con los abonos a caja menor: El arquitecto le advirtió antes de firmar el presupuesto que para un buen funcionamiento de la obra era necesario tener siempre una semana de caja menor por adelantado. Esto quiere decir, tener siempre un fondo disponible para pago de mano de obra y proveedores, y así no parar la obra.
- Usted quiere cambiar algo a última hora: El arquitecto le advierte que ese cambio implica un alargue de la obra ya que ese cambio, por ejemplo, implica obra civil, mampostería, demolición, resanes, pintura. Todo se puede hacer, pero hay que asumir las consecuencias en cuanto a cronograma y costos.
El arquitecto es quien debe dirigir la obra y es capaz de manejar cualquiera de estas situaciones.
Si no hay arquitecto al mando, les dejo multiplicar por cuatro la lista de problemas.
No contratar un arquitecto es como estar enfermo e ir a la farmacia en vez de ir al médico.