Definición y aplicaciones:
“La mampostería es la unión de bloques o ladrillos de arcilla o de concreto con un mortero para conformar sistemas monolíticos tipo muro, que pueden resistir acciones producidas por las cargas de gravedad o las acciones de sismo o viento.” (tomado de la página web de la U. Nacional de Col.)
Ladrillos, bloques, piedra, mampuestos. Los hay de todos los tipos, formas, colores, dimensiones. Se utiliza el mortero de pega, el más frecuente siendo la mezcla de agua, cemento y arena en la dosis adecuada.
Para la correcta construcción de muros, se utiliza un plomo, una cimbra y una boquillera con unos ganchos. En mis obras, generalmente es el maestro quien levanta los muros con sus ayudantes, aunque según el tipo de proyecto, se puede contratar un mampostero para el ladrillo a la vista. Un buen ejemplo de ello es la mampostería en ladrillo común que hice en el Andrés Carne de Res de Multiparque [Bogotá], lo invito a visitarlo.
Hoy en día, los ladrillos y bloques más comunes son a base de arcilla cocida, pero también existe una infinidad de materiales y componentes nuevos para su fabricación, que responden más a propiedades ecológicas, termo-acústicas y bioclimáticas, tema demasiado extenso para desarrollarlo en esta guía rápida.
La mampostería no es solamente la construcción de muros, es también el levantamiento de paramentos en piedra, con o sin mortero. En los cimientos también se utilizan los ladrillos, como en los sobre-cimientos que construí en el proyecto citado anteriormente.
Antes de levantar un muro hay que preparar los materiales: cemento, arena, agua, batea, baldes, palustres, cimbra, hilo, boquillera, ganchos.
Lo primero que se debe hacer es el replanteo. Según el plano arquitectónico, se trazan las líneas interiores y exteriores, contando el espesor del muro según el ancho del ladrillo a utilizar, y se definen las escuadras, los espacios de las puertas y las distancias con respecto a otros muros o corredores.
Es muy importante en esta etapa previa a levantar el muro, verificar detenidamente todas las medidas y todas las distancias. Si algo hay que cambiar, por ejemplo el ancho entre paredes para un baño social, es mejor hacerlo de una vez.
A este ejercicio se le llama Presentación, cuando el mampostero o el maestro presentan los muros a levantar con una sola hilada de ladrillo sobre el piso y sin pegar.
Otro detalle importante: los muros no son sólo planos llenos, existen los vacíos que hay que plantear para las ventanas o las puertas. Cuando hablamos de ventanas surgen dos conceptos, el antepecho y el dintel, y cuando hablamos de puertas sólo este último. En ambos casos también hay que configurar los bordes, los que nos marchan el ancho del vano.
Lo que NO debe hacer:
NO contratar la mampostería a un maestro de obra sin la supervisión de un experto. ¿Por qué? Porque levantar un muro no es simplemente pegar ladrillos, pañetar y pintar. Existe una metodología y unos refuerzos que deben respetarse. Una vez el muro levantado, es casi imposible detectar los errores de tipo estructural a simple vista.
A retener:
Al mampostero sin escrúpulos sólo le importa cobrar por m2 el trabajo realizado. Si hacer los refuerzos le quita mucho tiempo, lo hará a su antojo. Un muro que se mueve con la simple presión de la mano, es un muro mal construido.
Mi consejo:
Más vale pecar por mucho cuidado, que por poco, y hablo de los refuerzos estructurales que deben hacerse en muros a base de ladrillo o de bloque. Para realizar bien el trabajo contrate la supervisión de un arquitecto, no vaya a ser que en el primer temblor se le desplome toda una pared.